miércoles, 6 de agosto de 2008

Mas allà que de acà






Existen varios tipos de lugares en este mundo.

Muchos jamás los conoceremos, o ni siquiera habrá pasado por nuestras mentes imaginarlo, en cambio otros lo veremos justo al final. Es una especie de paradigma donde se muestra lo efímera que es la vida, donde hay praderas bañadas de sol de cinco y media, de trigo y brisa de esa que puedes interpretar como saludo del viento, donde la utopía se hace pequeñez y las voces se queman y arden cayendo al suelo como carbón seco quedando en silencio, el mundo es tan vasto en ese entonces, tan ameno que da miedo, tan lindo que sientes que no quieres seguir hay y te ataca la inseguridad y el dilema de si lo hermoso es lo correcto, quizás sea el arpa de los Ángeles sentados sobre piedras lo que te hace sentir esa sensación de alivio penetrante que incluso, te hace llorar.

Es quizás el mundo que todos han visto y que nadie conoce, y que posiblemente no todos conocerán; Dicen que si quieres saber como es el mar debes conocer antes el desierto, y es ahi donde sientes que al caminar tus pensamientos caen al suelo como viles imperdibles materiales y al impactar con la tierra se convierten en el trigo que tan brioso se levanta para devolverle con belleza al sol el favor que le permite crecer, con brillo y calma cual tarde de verano sentados en el frente de nuestro portal. Hay destellos, voces irradiadas del mas allá, de ese lugar donde sientes que en verdad perteneces, y no se si es la danza de las mariposas o la suave brisa fría que me hace danzar y adentrarme en ese espacio sideral y etéreo o es solo la necesidad de descansar, se suscita el entredicho de los que te saludan y se alegran pues has vuelto a casa y te llaman, te convidan a pasar, desean que conozcas a un tal señor dueño de dichas praderas. Pero nada es para siempre ni siquiera en dicho mundo.

El sol, comienza a verse como una despampanante luz blancuzca y seca, ya no da el mismo calorcito de antes, el hermoso prado se convierte en baldosas, comienzas a darte cuenta de que no estabas solo en dicho camino, comienzan a aparecer miles y miles de personas, su mirada es tan hipnótica como lo fue la tuya, pero ellos si logran subir la colina mientras que tu te has quedado estancado, sientes que te ahogas, que no puedes respirar y de repente un zarpazo eléctrico recorre tu cuerpo haciéndote caer al suelo, tratas de respirar, -!Respira¡ !Respira¡-Escuchas a lo lejos pero no sabes quien es cuando otro zarpazo incandescente te hace abrir los ojos y escuchas de nuevo un suave aunque débil latido dentro de ti, tomas otra bocanada de aire y en un segundo una chispa dentro de ti intenta encenderse, viene el tercer zarpazo y el corazón halla su curso nuevamente.

Al final un señor de blanco pide que te retiren la morfina, mientras una señorita quita de tu pecho un gran y poderoso aparato de electro shock, sin embargo te preguntas a donde fue la pradera de trigos dorados y la música bonita y lúgubre.

Sabes que quizás dentro de poco, volverás a ellos...