martes, 9 de marzo de 2010

Muy en el fondo si odias (en tu mundo subjetivo)


Lo sabes, lo niegas y te mientes y emites sonrisas y gestos descompuestos, gestos disociados, falsos hechos letra
.

Muchos dicen que no, pero sabes que es tu combustible de día a día, te levantas y te acuestas despidiendo olor de odio manchando tu colchón de verde pantano, te atormenta tu codicia y detestas todo aquello que te aleja de tu "preciado tesoro", serías capaz de morder la mano de Dios si pudieras alcanzarla, el cristal de esos ojos alegres es fino, se rompe fácil, se que no puedes dormir de noche, te inventas una venganza clandestina junto a tus secuaces los fantasmas, pero no eres mas que un esbirro de la envidia, defiendes tu fachada pero todos saben que en tu patio trasero no hay mas que karma y unas cuantas plantas secas, la gente se da cuenta, no es difícil, créeme, los que hemos visitado un par de veces la morada del innombrable conocemos de cabo a rabo el perfil de un esquizoide, en el fondo si odias y he escuchado tus pasos en la noche rondando mi garaje, buscando, asechando, mintiendo cual pinocho cada vez que miras y ríes a paso lento, te frena el no saber que odias en concreto, si al premio por no conseguirlo o al torneo por permitir que existan mejores contendientes, he aquí mi aporte para curar enfermedades sociales como la mediocridad, aprende a odiar con coraje o muere de indecisión.

Fue una noche de paraíso donde aprendí que no merece la pena odiar, ella supo curar mi enfermedad, recargo mis tanques de esperanza, con lo suficiente para viajar unos cuantos años luz lejos de ti.

jueves, 4 de marzo de 2010

Misiva a los rostros pasados.




Rostros tatuados en la historia, pirograbados como fierro ardiente sobre piel humana como aquello que hoy por hoy nos hace lo que somos, rostros como el de medusa, que con solo pensar en ellos parte de tu tiempo se endurece y cae al suelo hecho piedra, todos tenemos pasado, existimos gracias al ayer, a las acciones que tomamos, a las batallas que vivimos, a los sueños que conquistamos y a los que aún deseamos conquistar, somos nuestras decisiones, nuestras actitudes negativas y positivas, nuestro deseo de cambiar el destino y edificar proezas utilizando como herramientas nada mas que nuestras manos y nuestras conciencias, somos el resultado de los golpes recibidos, de las caras que no olvidamos, que se quedaron fijas en la memoria del tiempo, de las promesas rotas y de las que esperamos cumplir, de las lagrimas pesadas y de los viejos nudos que pesan sobre nuestras gargantas, hemos sobrevivido gracias a la inercia y al poder del etanol, intentando olvidar las malas rachas resaltando las buenas, muchas veces pretendiendo o imaginando que todo está bien cuando de hecho no lo esta, marcamos huellas en suelo vivo y en suelo muerto sabiendo que tarde o temprano no a todos le importará y solo un buen configurado grupo habrá de compartir. Pero es solo cuando acudimos a la introspección que nos damos cuenta de si nuestro presente es o no lo que queríamos, si está bien desenfundar el arma y colgarse el escudo por todo esto, yo ya no le tengo miedo a fallar, fallar me ha hecho fuerte y capaz de sobrellevar situaciones adversas, fallar me ha enseñado el significado de vencer y las marcas que una vez fueron motivo de tristeza, hoy las llevo con honor sobre la piel, eso es lo malo de las cicatrices, al final pueden terminar por gustarnos ya que son la obra maestra de la vida en curso, tatuando a placer sobre nuestro ser hecho lienzo, tarde o temprano mi rostro formará parte de esos que afectaron el curso de la vida, para bien o para mal trascender es el final y sobreponerse el medio, hay que estar conscientes del combate que se aproxima, igual que antes muchos querrán herir y dañar, mientras que otros desde algún lugar y muchas veces sin nosotros saberlo, nos darán su apoyo.

Si no sabes asimilar la derrota es por que no sabes asimilar la victoria
saldré a la calle buscando la panacea de un nuevo día
y cuando esté en la cima agradeceré al pasado por que soy ahora.