Una luz que parpadea
temerosa a lo lejos en una noche oscura es capaz de capturar la atención de los
curiosos, como una brisa que parece que susurra historias de tiempos pasados
justo antes de rozarte el rostro como invitándote a seguirle los pasos, como la
voz que oíste una vez y al voltear no había nadie; hay misterios y
secretos que se ocultan en el tiempo, negándose a desaparecer, como cuando
nunca supiste si en realidad estabas solo en aquella habitación o “nada mas
eran cosas tuyas”, encuentro para normal o delirio temporal que permanecerá en
tu mente un rato.
Mitos e historias se inspiran en la fuente del eterno enigma versando sobre
aquellos que provistos de una curiosidad indomable fueron atraídos a un
entresijo con la firme premisa de encontrar algún tesoro dentro de una
peligrosa pero interesante oscuridad, pero se perdieron para siempre
incrementando una leyenda, que hasta entonces, aun esta sin resolver, karma de
aquellos que presos del deseo quisieron revelar cosas que no pueden comprender
y no podían ser reveladas, misterios que nos recuerdan que existen cosas mas
allá de nuestro dominio; nunca sabrás si lo viste o lo imaginaste, quizás lo
soñaste ¿Alucinación o realidad? No podemos saber todo y es normal temer a lo
que no entendemos.
Desaparecidos de los cuales no se supo nada, como si un sortilegio se cerniera
sobre ellos y los hiciera esfumar, señales, sonidos, imágenes, presencias, ¿No
es acaso petulante y egoísta creer que solo existe lo que vemos? Es común
pretender engañarnos para justificar nuestra visión preferida de la realidad pero
no todo esta en nuestra mente.
El dicho popular reza que “El que busca encuentra” a veces vemos lo que
queremos y otras no vemos lo que queremos ver, una curiosidad rebelde puede
llevarnos a situaciones amargas pero ha sido también la madre de los grandes
descubrimientos, la conciencia es vital para los aventureros, puedes dudar por
un instante pero también morir dudando, por ello muestra siempre algo de
respeto por lo desconocido.