martes, 7 de julio de 2009

Sobre Do ut des y la lealtad.




Con el pasar de los años he aprendido un nuevo principio, algo en realidad necesario y que no se aprende de la noche a la mañana, nunca me he considerado una gran persona, a pesar de todo este modernismo, siempre intento cultivar un poco de humildad dentro de mi pues me gusta tener los pies en la tierra, flotar hasta el espacio se convierte en un trayecto frio y apático que te deja solo, lo se por que varias veces me vi forzado a recorrerlo, todos nos vemos forzados alguna vez y peor aun, en varias oportunidades



Conocí una mañana el principio de la reciprocidad, es decir, aprender a corresponder aquello que nos da la vida, que nos da el mundo, poder transformarlo para saber tomar de ello solo aquello que nos favorecerá en positivo; sin embargo no es fácil pues es necesario ponerle un enorme Pasteur a nuestras noches, y así, poder destilar todo el torrente de aprendizaje que descarga nuestra psiquis con respecto al día que acabamos de vivir, fue entonces donde aprendí que muchas veces fui injusto, soy injusto, somos injustos, superar errores se hace mas fácil cuando conjugamos los verbos, a los golpes aprendí que no ser agradecido o reciproco con lo que recibimos de otros es ser mezquino y avaro, y lo viví de dos maneras y en casos particulares ya que sin saberlo mi entrenamiento había empezado desde hace mucho, cuando tuve la voluntad de donar grandes bondades de mi parte a la vida y a otras personas, muchas de ellas no supieron valorarlas y me sentí herido y obligado a tomar revancha, simplemente no sabia que hasta regalar es una ciencia y me toco aceptar que ya fuera mi error o de otros, de ello, pude obtener un aprendizaje que iría forjando mi persona, de igual manera una que otra vez también me toco estar del otro lado del verdugo, y como buen ciego fui igual de desagradecido, así como fueron conmigo, no había aprendido nada, mas bien otra vez estaba en el punto de partida, hoy en día se que solamente yo no tengo ese problema, pero que difícil es saber corresponder, y mas sin voluntad de hacer las cosas bien, de nada vale hacerse el débil, todos tenemos el poder de cambiar el mundo, pero muy pocos el deseo de hacerlo y casi ninguno el valor para materializarlo, aprender a ser recíprocos con todo, desde lo bueno que nos sucede, como el amanecer que muchos no pueden ver y que nosotros obviamos todos los dias, hasta los momentos amargos que nos hacen sentir mal y que sin darnos cuenta nos enseñan pequeñas cosas de gran importancia en nuestras vidas, al final; no es algo que podamos vender o comprar pues solamente es para nosotros, es importante darnos valor espiritual como persona para saber aceptar que hemos hecho y que debemos hacer, sin olvidar jamás que estamos haciendo, jamás he dicho que sea el vivo ejemplo de la compensación, pero hoy antes de dormir mis neuronas tuvieron un ultimo deseo, y fue contarle a alguien lo que había aprendido en el día.

"Una vez te di techo, cuando tenías frio, y me alimentaste cuando tuve hambre, una vez te defendí de los malos comentarios, y tú me alentaste cuando estaba triste, una vez te vi rendirte, te brinde ánimos para levantarte y tú pensabas que solo te devolvía un favor".

Moraleja – Ser leal sale del corazón mientras que devolver un favor sale del interés o del tiempo requerido, ser leal no es devolver favores, es responder a un compromiso de honor
.